Desde tiempos remotos la sociedad se ha visto muy marcada por una alta variabilidad de contextos; entre ellos podemos observar, un pueblo sufriente por la guerra, la politiquería, la economía, etc. Hechos que han dado pasó  a una desigualdad  de la misma.
Y es por ello que la iglesia católica ha reaccionado frente esta situación, dando un salto en  su manera de  actuar, tal como lo vemos a finales del siglo XIX, cuando da nacimiento a la doctrina social; teniendo como punto de partida la necesidad de humanizar  a ésta. Promulgando  de una manera más intensa la divulgación  y la práctica del evangelio; como principio  de vida, bajo  la habilidad de  cuatro valores como: la dignidad, la justicia, la fraternidad y la libertad, como objetos de transformación; para que el hombre llegue al conocimiento  de si, y a una libertad de religión. para que así pueda dar inicio a un plan de conversión y por ende contribuir a la humanización a partir de una experiencia de fe.
No obstante con esta realidad,  la razón  también emprende a nivel social la propuesta de presentar un fortalecimiento de los lazos de amor, el respeto, las relaciones fraternas y solidarias. Convirtiéndose así,  en la práctica del evangelio. Dejándonos ver entre sí estas dos ramas (fe y razón) que no son contrarias sino complementarias, y por eso deben de mantener en un perfecto equilibrio, para que conduzcan a la humanidad, al conocimiento de la  verdad.


“La fe y la razón son como las dos alas con las que el   espíritu humano se eleva hacia la contemplación de la verdad”
(S. Juan Pablo II)

Comentarios

Entradas populares de este blog

ANTROPOLOGÍA FILOSÓFICA.

ÉTICA Y AXIOLOGÍA

POÍTICA Y DEMOCRACIA.